jueves, 13 de junio de 2013

El Centro de Zihuatanejo

El poblado es acogedor y pintoresco y pasear por sus calles adoquinadas es realmente un disfrute. Pueden encontrarse muestras de la diversidad de nuestra cultura y gozar de sus tiendas, cafés, restaurantes; en la plaza se antojan unos deliciosos jugos.
Lleno de color, el mercado de artesanías abarca toda una calle, que llega al Paseo del Pescador. Se puede admirar a los artesanos recrear su tradición náhuatl en la pintura de sus obras. Su arte se caracteriza por reproducir escenas de su vida y costumbres. Fedro Marcos, originario de Tetelcingo, dice con orgullo: “En el dibujo está la imaginación”.
Zihuatanejo, por tradición, es un pueblo de pescadores. En el Paseo del Pescador, a lo largo de la Playa Principal, los pescadores venden sus productos del día, siempre dispuestos a compartir su alegría y la cultura de la pesca con el visitante. Más adelante se venden bellísimas artesanías de concha y materiales de la región. También hay buenos restaurantes y al final está el embarcadero, para ir a la Playa Las Gatas o a pescar.
Caminar por Zihuatanejo es un placer que no termina. Es delicioso comer en sus restaurantes platillos tanto de cocina mexicana como internacional; conocer y comprar diversos ejemplos de arte popular y ropa de diferentes regiones del país, en tiendas como La Casa Marina, de Natalia Krebs, quien personalmente busca y selecciona las piezas que vende. Para terminar la noche hay muchos rincones para compartir un brindis y buena música. Todo en un agradable ambiente de provincia, con la calidez y la hospitalidad de su gente.
En el Museo Arqueológico, que permite ahondar en el conocimiento del lugar, se muestran objetos de civilizaciones prehispánicas, murales y mapas antiguos de Zihuatanejo. Los domingos, en la Playa Principal, se puede convivir y disfrutar de espectáculos culturales en el teatro al aire libre.


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